Abstract
La teoría Marxista lleva a los escriiores soviéticos a enfocar los problemas de población en los paises menos desarrollados en términos excesivamente simplistas: desde que la sobrepoblación es causada por el capitalismo, la solucion obvia para el supuesio problema de población es simplemente reemplazar el sistema capitalista por el comunismo. En contrate con esto el argumento más frecuentemente escuchado en la Conferencia Mundial de Población de 1965 aceptaba el problema de población de los paises sub-desarrollados como real, al menos en el presente contexto, pero manteniendo que ese problema se resolvería a traves del curso natural de los acontecimientos por incrementos en el nivel de vida. Las tasas de natalidad de alguna manera declinan naturalmente a medida que un pais se transforma en mas industrial y mas urbano. Los programas de planeamiento familiar no pueden tener éxito en las situaciones de ausencia de urbanización y creciente niveles de vida. El 23 de noviembre de 1965 el periódico intelectualLiteraturnaya gazeta publicó el primero de usa serie de artículos proponiendo una nueva interpretación de los problemas de población en los paises en desarrolo. Boris Urlanis puso en duda la presunción de varios escritores marxistas de que las tasas de natalidad disminuyen cuando la proporción de la población viviendo en areas urbanas aumenta. El sostuvo de que es posible de que el aumento de la población viviendo en areas urbanas pueda traer con el tiempo bajas en las tasas de natalidad, pero que es esencial resolver el problema de población inmediatamente. En las semanas y meses que siguieron, otros escritores sovieticos contribuyeron a ese dialogo algunos apoyando a Urlanis y otros sostenienda una interpretación más tradicional del marxismo. El test real de la política soviéticafueron tres reuniones internacionales realizadas durante 1966. En la mas importante de las tres, la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Union Soviética apoyó la resolucion que da a la Secretaría General amplia autoridad en el campo de población, afirmando que era muy satisfactorio que las Naciones Unidas hubieran finalmente aceptado el punto de vista sovietico de que el planeamiento familiar no era un sustituto para programas económicos y sociales y que cada estado debeformular sus propias politicas de población. Estos acontecimientos indican que la Union Soviética esta en el proceso de formular una nueva política de población. Sus acciones hasta la fecha sin embargo han sido cautelosas; pero no es de la naturaleza de los gobiernos haeer rápidos cambios en política, particularmente euanda la política está tan mezclada con la ideología. El gobierno de Estados Unidos tardó muchos años hata llegar a su presente política, y sería poco realista esperar que la Union Soviética canbie más rapidamente. Marxist theories led Soviet writers to view the population problems of less developed countries in rather simplistic terms: Since overpopulation is caused by capitalism, the obvious solution to the so-called population problem is simply to replace the capitalist system with communism. The argument most frequently heard at the World Population Conference in 1965, by contrast, accepted the population problems of underdeveloped countries as real, at least in the present context, but maintained that they will be solved through the natural course of events by raising the level of living. Birth rates somehow decline naturally as a country becomes more industrial and more urban. Family planning programs can not succeed in the absence of urbanization and rising levels of living. On November 23, 1965, the intellectual newspaperLiteraturnaya gazeta published the first of a series of papers calling for a new interpretation of the population problems in developing countries. Boris Urlanis questioned the oft-stated contention of the various Marxist writers that birthrates decrease as the proportion of the population living in urban areas increases. He said that it is possible that increased urbanization may bring lower birthrates in time, but that it is essential that population problems be solved immediately. In the weeks and months that followed, other Soviet writers contributed to the dialogue, some in support of Urlanis and others in support of the more traditional interpretation of Marxism. The real test of the Soviet policy came in three international meetings during 1966. In the most important of these, the General Assembly of the United Nations, the Soviet Union supported the resolution which gave the Secretary-General rather broad authority in the population field, stating that it was gratifying that the United Nations had finally come around to the Soviet view that family planning was no substitute for economic and social progress and that it was therefore proper for states to formulate their own population policies. These events indicate that the Soviet Union is in the process of evolving a new policy in the population field. Their actions to date, however, have been cautious; but then it is not in the nature of governments to make radical shifts in policy, particularly where policy is so tangled in ideology. The United States government spent several years evolving its present policy, and it would be unrealistic to expect the Soviet Union to change more rapidly.

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